Cautivo de amor (XVIII)
Según vimos en el capítulo 1 de la II parte, Don quijote es, por encima de todo, un soñador que reclama y aspira a un mundo mejor, la vuelta a un tiempo en el que, gracias a la cooperación necesaria de los caballeros andantes, reinaba el orden, la armonía, la paz y el valor y la virtud triunfaban por encima de la arrogancia y la vileza.