Persiles contra Persiles
Está uno embobado aún por la reciente relectura del Persiles, y más aún por el atrevimiento de haber escrito en la pasada entrega que el Persiles es algo así como un cuento para adolescentes comparable al mago Potter o a los héroes de El Señor de los anillos, cuando se tropieza con varias y diversas circunstancias que le obligan a volver sobre el asunto, aún a riesgo de aburrir a la inmensa grey que se concita para diagnosticar que el Persiles es, como se decía castizamente antes, un pestiño. Es decir, que hoy no hay quien lo lea.